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EL CRITERIO.

POR

DON JAIME BALMES,

PRESBÍTERO.

Criterio es un medio para conocerla verdad. La verdad en las cosases la realidad.

BALMES.

NUEVA EDICION.

PARIS.

Librería de A. Bouret y Morel, calle del Eperon, nº. 6.

1849.

Nota de transcripción: en este texto electrónico, se ha mantenido la ortografía y acentuación del texto impreso original, excepto en algunos pocos casos en que claramente había errores tipográficos que fueron corregidos.


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EL CRITERIO.


CAPÍTULO PRIMERO.

CONSIDERACIONES PRELIMINARES.

§ I.

En que consiste el pensar bien. Qué es la verdad.

El pensar bien consiste, ó en conocer la verdad,ó en dirigir el entendimiento por el caminoque conduce á ella. La verdad es la realidad de lascosas. Cuando las conocemos como son en sí, alcanzamosla verdad; de otra suerte, caemos enerror. Conociendo que hay Dios conocemos unaverdad, porque realmente Dios existe; conociendoque la variedad de las estaciones depende del sol,conocemos una verdad, porque en efecto es así;conociendo que el respeto á los padres, la obedienciaá las leyes, la buena fe en los contratos, la fidelidadcon los amigos, son virtudes, conocemos laverdad; así como caeríamos en error, pensando quela perfidia, la ingratitud, la injusticia, la destemplanza,son causas buenas y laudables.

Si deseamos pensar bien, hemos de procurar[Pg 2]conocer la verdad, es decir la realidad de las cosas.¿De qué sirve discurrir con sutileza, ó con profundidadaparente, si el pensamiento no está conformecon la realidad? Un sencillo labrador, un modestoartesano, que conocen bien los objetos de su profesion,piensan y hablan mejor sobre ellos que unpresuntuoso filósofo que en encumbrados conceptosy altisonantes palabras quiere darles leccionessobre lo que no entiende.

§ II.

Diferentes modos de conocer la verdad.

A veces conocemos la verdad, pero de un modogrosero; la realidad no se presenta á nuestros ojostal como es, sino con alguna falta, añadidura ómudanza. Si desfila á cierta distancia una colunade hombres, de tal manera que veamos brillar losfusiles pero sin distinguir los trajes, sabemos quehay gente armada, pero ignoramos si es de paisanos,de tropa ó de algun otro cuerpo; el conocimientoes imperfecto, porque nos falta distinguirel uniforme para saber la pertenencia. Mas si por ladistancia ú otro motivo nos equivocamos, y lesatribuimos una prenda de vestuario que no llevan,el conocimiento será imperfecto, porque añadiremoslo que en realidad no hay. Por fin, si tomamosuna cosa por otra, como por ejemplo, si creemosque son blancas unas vueltas que en realidadson amarillas, mudamos lo que hay, pues hacemosde ella una cosa diferente.

Cuando conocemos perfectamente la verdad,[Pg 3]nuestro entendimiento se parece á un espejo en elcual vemos retratados con toda fidelidad los objetoscomo son en sí; cuando caemos en error, se asemejaá uno de aquellos vidrios de ilusion que nospresentan lo que realmente no existe; pero cuandoconocemos la verdad á medias, podria compararseá un espejo mal azogado, ó colocado en tal disposicionque si bien nos muestra objetos reales, sinembargo nos los ofrece demudados alterando lostamaños y figuras.

§ III.

Variedad de ingenios.

El buen pensador procura ver en los objetos todolo que hay, pero no mas de lo que hay. Ciertoshombres tienen el talento de v

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