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ENTREMESES.
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GASPAR Y ROIG EDITORES.
LOS
ENTREMESES
DE
MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA.
ILUSTRADOS CON PRECIOSAS VIÑETAS.
MADRID:
IMPRENTA DE GASPAR Y ROIG,
PRÍNCIPE, 4.
1868.
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Entre las diversas obras que debemos al príncipe de losingenios españoles, ninguna mas desconocida ni mas digna deconocerse que la preciosa coleccion de Entremeses que ofrecemosal público en la presente esmerada edicion manual, con objeto deque logren la misma popularidad que ha alcanzado el resto de susobras. En éstas verán los lectores como la prodigiosa versatilidaddel genio de Cervantes, le adaptaba para concebir y desarrollarlos argumentos mas grandiosos y los mas sencillos, y si hemosde decir lo que sentimos, nos atreveriamos á asegurar que fueradel Quijote, en los Entremeses es donde Cervantes aparece mascervántico, si es permitido emplear esta espresion. En estoscuadros goyescos, formados á ligeras pinceladas, parecia estar ensu verdadero elemento, y correr sin estorbo el raudal inagotable desu vena cómica. En todo lo que era pintura de caracteres exagerados,grotes[p. vi]cos yridículos, Cervantes no tenia rival, y como éstos sean los verdaderosmateriales y elementos de los Entremeses ó composiciones que hoyconocemos con el nombre de Sainetes, nadie vacilará en reconocerlasy disputarlas por unas de las mas espontáneas y genuinas muestras delpeculiar talento de Cervantes.
Entre los once entremeses que la coleccion comprende, los haytales como La Cárcel de Sevilla, El Vizcaino Fingido, El RufianViudo, que parecen paño de la misma tela de que se cortaron losaplaudidos cuadros de Rinconete y Cortadillo, La Tia Fingiday El Casamiento Engañoso. En punto á crítica de preocupacionesgeneralizadas en la humana especie, resalta entre todos, y tienemas de un punto de contacto con el pensamiento que presidió á laconfeccion de la aventura del Clavileño, el gracioso entremesintitulado: El Retablo de las Maravillas. Son dos joyas deinestimable valor, El Viejo Celoso, repeticion con cortas variantesdel argumento de El Celoso Estremeño, con la diferencia de acabaren música y alegría lo que en la novela tiene un fin conmovedor ytrágico; y La Cueva de Salamanca, en que insiste asimismo en lapintura de viejos maridos burlados por esposas jóvenes y casquivanas.El que lleva por título El Juez de los Divorcios, carece deargumento propiamente dicho, y sin embargo tie