OBRAS DE R. PÉREZ DE AYALA
Tinieblas en las Cumbres. Novela. Publicada con el seudónimo «Plotino Cuevas».
A. M. D. G. La vida en un colegio de jesuitas. Novela.
La pata de la raposa. Novela.
Troteras y Danzaderas. Novela.
La Paz del Sendero. El Sendero innumerable. Poemas.
Prometeo. Luz de domingo. La caída de los limones. Tres novelas poemáticas.
Herman, encadenado. Notas de un viaje al frente de guerra italiano.
Política y Toros. Ensayos.
RAMÓN PÉREZ DE AYALA
V O L U M E N I
GALDÓS, BENAVENTE, LINARES
RIVAS, VILLAESPESA, MORANO
MCMXIX
EDITORIAL “SATURNINO CALLEJA” S. A.
CASA FUNDADA EL AÑO 1876
MADRID
PROPIEDAD
DERECHOS RESERVADOS
PARA TODOS LOS PAÍSES
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COPYRIGHT 1919 BY
RAMÓN PÉREZ DE AYALA
Imprenta Clásica Española.—Madrid.
LAS MÁSCARAS
ONSIDERO que el presente volumen necesita de un breve preámbuloexplanatorio.
Compónese el volumen de varios ensayos sobre crítica teatral, aparecidosaquí y acullá, en publicaciones de naturaleza y orientación nadasemejantes, con intersticios de tiempo, en alguna ocasión, de variosaños. Dada la diversidad de circunstancias y épocas en que fueronescritos, pudiera presumirse que los ensayos carecen de criterioconstante y preciso. Sin embargo, ya ensamblados, y en conjunto, fáciles echar de ver que se acomodan a la exigencia de la unidad, condiciónprimera para que un volumen, esto es, un mero agregado de páginasimpresas, se trasmute en una realidad superior del espíritu, en unlibro.
Hay tantas obras excelentes, y el azacaneo de la vida moderna consientetan corto vado en que leer las antiguas y consagradas, que reputo granalarde e impertinencia salir a la plaza pública con un nuevo libro, sino se acompaña de justificación, o, cuando menos, excusa. Está excusadoel autor de un libro cuando, a falta de nuevos asuntos, ha enriquecidoun asunto tradicional con algunas ideas originales, fruto de lameditación. Justificación no hay otra que la novedad del asunto. Unasunto nuevo pide un libro nuevo.
Schopenhauer clasificaba a los escritores en tres categorías: los quehan meditado antes de ponerse a escribir, los que van meditando altiempo que escriben, y los que escriben sin detenerse a meditar. No hede disimular, por falsa modestia, que la unidad