En esta edición se han mantenido las convenciones ortográficas deloriginal, incluyendo las variadas normas de acentuación presentes en eltexto. (la lista de los errores corregidos sigue el texto.) OCTAVA PARTE: VI, VII, VIII, IX. |
VICENTE BLASCO IBAÑEZ
———
NOVELA
TOMO OCTAVO
EDITORIAL COSMÓPOLIS
APARTADO 3.030 MADRID
Imprenta Zoila Ascasíbar. Martín de los Heros, 65.—MADRID.
Cambio de decoración en casa de la baronesa.
Llegó el momento fatal en que Juanito Zarzoso, con su título de doctoren Medicina, alcanzado con gran brillantez, obedeciendo las órdenes desu tío, al que temía tanto como amaba, hubo de separarse de María paratrasladarse a París.
En los tres meses que transcurrieron desde la conferencia con el padreTomás hasta el día en que partió el joven médico, doña Esperanza nohabía logrado aminorar el cariño de los novios ni enturbiar la confianzaque mutuamente se tenían.
Un día en que el estudiante esperó a la viuda en uno de los puntos queella frecuentaba para darle una carta con destino a María, doñaEsperanza aprovechó la ocasión para “abrirle los ojos”, según decía.
Con afectada inocencia llevó la conversación al terreno que elladeseaba; habló de la niñez de María, de su carácter ligero, de susatrevimientos hombrunos en el colegio, y como digno final de tantapreparación, como el que cierra los ojos para disparar el trueno gordo,sin ilación alguna... “¡paf!”, la viuda espetó al estudiante larelación de cuanto ella suponía ocurrido en aquella noche célebre,cuando las monjas encontraron a la joven en el tejado, durmiendo en losbrazos de un muchacho.
Al ver la viuda que Juanito se ruborizaba intensamente escuchando suspalabras, creyó que el joven iba a estallar en indignación; pero sequedó fría, cuando en vez de la emoción terrible que esperaba, púsose areír el joven diciendo que nunca había él llegado a imaginarse que doñaEsperanza supiera tales cosas.
La intrigante viuda, que pensaba sorprender al estudiante, resultó lasorprendida, y su asombro fué sin límites cuando Juanito la dijo queaquel muchacho que amaneció en la azotea del colegio era él